LO QUE MI HIJA ME ENSEÑO DE FROZEN

Seguramente tu nena en casa ya cantó alguna vez “Libre soy, libre soy” de la película Frozen, y hasta puedo apostar que tú como mamá alguna vez la has entonado a todo pulmón.
Estoy segura que tu peque no sólo la cantó, sino que te hizo repetir más de una vez la película, o que le encanta jugar a disfrazarse de Elsa o Ana, o te pidió su cumple temático de Frozen, estoy completamente segura que así ha pasado.
Valentina está próxima a cumplir los 3 años, y pése a que ya pasó mucho tiempo del estreno de Frozen, siento que en esta edad Frozen ha tenido mayor trascendencia en su vida, y por supuesto en la mía también, todos los días, quiere ver la película, me pidió el vestido igualito al de Elsa, la escucho cantando toda la canción completa, es como si todos los días Elsa visitara mi casa, y le den ganas de hacer un muñeco.

No sé si ustedes también lo hayan notado pero todas las princesas de Disney tienen una historia que se repite comúnmente, o son huérfanas, o una bruja las separó de su familia, y siempre siempre necesitan al príncipe azul que las libere y les de el beso para que puedan vivir felices por siempre. Se repite una y otra vez en todas las princesas, sin embargo Elsa es diferente, ella sí es de otra época. Y a mi me encanta que a mi hija le guste, que sea la fan número uno de Elsa, no importa si todos los días nos obliga a ver Frozen, yo soy feliz, de que ella siga el ejemplo de Elsa. Y saben por que ?
Porque Elsa es el ejemplo de chica que toda niña debería tomar. Elsa es una mujer fuerte e independiente que decide dejar sus miedos atrás, se libera de las presiones de su entorno, y lucha por descubrirse ella misma.
Elsa y Ana son el mejor ejemplo para mi hija, para cuando le toque tener una hermana o hermano, porque juntas nos muestran que un acto de amor verdadero no siempre viene del famoso «príncipe azul», sino de nuestra propia familia.
Es hermoso ver a Ana intentando cuidar a Elsa pese a que ella sin querer la lastimó, y corre a salvarla aún sabiendo que puede convertirse en hielo para siempre, no le importa y corre a salvar a su hermana.
Mi hija me enseñó a admirar a Elsa, quien desde pequeña supo que era diferente y tuvo miedo de ser quien era porque nadie le explicó en qué consistían sus poderes y en cambio le enseñaron a ocultarlos. Su papá le dijo claramente que no sienta, que no demuestre, que se guarde sus emociones y la aleja de su propia hermana. Así la pobre Elsa crece sola, triste, buscando respuestas del porque era diferente y finalmente se libera, se cansa, corta con esa farsa y decide mostrarse tal cual es.
Estoy segura que esa es la mejor lección de crianza para nosotras como madres, y que debemos aplicar con nuestros hijos. Nos permiten enseñar a nuestros hijos a no tener miedo de ser diferentes a otros niños, a identificar cuáles son sus fortalezas y debilidades, a que demuestren sus sentimientos, y que se liberen de cualquier presión que sientan.
Valentina me dijo un día: «mamá yo también haré mi propio castillo como Elsa, ¿también puedo hacerlo verdad mami?- y yo le respondí que sí, » tú puedes lograr lo que te propongas y no necesariamente lo que alguien te obligue a ser, se independiente, se como Elsa que no necesita de un príncipe en su vida, ella se libera, se descubre y hace su propio castillo. ¡Eso es ser una princesa valiente!.
Ella me mira y me dice: » Mami yo soy tu princesa valiente, porque me llamo Valentina» Y mi corazón late a mil.
CRIEMOS PRINCESAS VALIENTES, HOY MAÑANA Y SIEMPRE.

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